periodontitis

El sangrado de las encías es la señal que debe activar todas las alertas. Si la infección aún está en una fase inicial, es probable que las encías solo sangren con el cepillado de los dientes provocando cierta confusión. “¿Me habré cepillado con demasiada fuerza? ¿Necesito un cepillo de cerdas más suaves?”.

Hay que prestar atención a cualquier cambio en el estado de las encías. El sangrado habitual no es normal y, a medida que empeore la situación, podría producirse también durante la masticación e incluso de forma espontánea.

Otros síntomas comunes que alertan de la existencia de una enfermedad periodontal son:

  • Halitosis. El mal aliento es frecuente cuando hay colonias de bacterias invadiendo las encías silenciosamente.
  • Sabor metálico en la boca provocado, en muchos casos, por la presencia de sangre.
  • Dientes flojos que se mueven al masticar o al tocarlos con la lengua.
  • Retracción de las encías que hace que cada vez sea mayor la superficie dentaria que queda expuesta.
  • Sensibilidad de los dientes afectados que están perdiendo una parte de su protección.

Consecuencias de la piorrea a nivel local y sistémico

Una infección bacteriana grave con origen en la cavidad bucal puede convertirse en un problema de salud serio en cualquier otra parte de tu organismo. La periodontitis se manifiesta con dos tipos de consecuencias:

  1. nivel local va a provocar el deterioro progresivo de los tejidos que sustentan a los dientes. A medida que la infección avanza, la encía retrocede y la línea inferior del diente es más vulnerable a la presencia de nuevas bacterias que pueden acabar aniquilando la raíz y provocando la pérdida irreversible de la pieza dental.
  2. Si la presencia de bacterias en la boca alcanza unos niveles tan altos que estas acaban pasando al torrente sanguíneo, la infección se puede trasladar a otras partes del organismo. Son secuelas sistémicas de la periodontitis que derivan en enfermedades cardíacas, complicaciones durante la gestación o incluso alzheimer y diabetes.