labios

Con frecuencia centramos toda la atención en la cavidad bucal y en la higiene de los dientes, las encías y la lengua. Pero los labios, también hay que cuidarlos. Sobre todo, durante el verano y el invierno, cuando se producen los cambios de temperatura más bruscos, es frecuente que la piel se resienta y que puedan surgir algunos problemas.

¿Por qué es tan importante el cuidado de los labios?

La piel de los labios es muy fina y sensible si se compara con la de otras zonas del cuerpo. Factores externos como el sol o las bajas temperaturas, e internos como la carencia de ciertas vitaminas y minerales, aceleran su deterioro. Al tratarse de una parte del cuerpo tan expuesta, los efectos negativos de la pérdida de hidratación, volumen y tersura se aprecian a simple vista.

Unos labios agrietados y resecos no solo afean la sonrisa y la expresión del rostro, sino que, en ocasiones, se pueden transformar en una puerta abierta a las infecciones y a molestias que pueden repercutir de forma negativa en el habla y la alimentación.

Consejos para el cuidado de los labios

Por las características de la piel de los labios y su constante exposición a los factores ambientales, la humedad de estos se evapora con rapidez. Lamerlos con la lengua solo contribuye a agravar la situación.

La saliva es agua mezclada con enzimas digestivas que pueden llegar a ser irritantes. El efecto que se consigue al humedecer los labios con la lengua es contrario al deseado: no solo los reseca aún más, sino que puede contribuir a la queilitis, es decir, a su inflamación.

Con el fin de evitar la deshidratación, descamación y fisura de la piel de los labios es necesario proporcionarles un tratamiento mucho más específico, tanto al aire libre como en espacios cerrados. Tan agresivo puede resultar el sol de mediodía como la sequedad que producen los aparatos de climatización, algunos productos de cosmética o el humo de un cigarrillo, factores que no guardan relación con estar o no fuera de casa.

La protección de los labios debería ser una rutina más de la higiene bucodental, como lavarse los dientes o usar hilo dental. No en vano, los labios son la puerta de entrada a la cavidad bucal, así como un elemento clave en el atractivo de la sonrisa.

Unas buenas pautas para cuidar de los labios a diario incluyen:

  1. Hidratación: los bálsamos labiales crean una película protectora sobre la piel, que actúa como barrera frente a las temperaturas muy frías o muy cálidas. La hidratación interna, esto es, el beber agua abundante a lo largo del día hará que los niveles hídricos de tus labios se mantengan estables.
  2. Evitar los malos hábitos: lamerse los labios con frecuencia es un tic bastante habitual sobre todo en aquellas personas con mayor tendencia a que se les sequen. Como todos los tics, puede resultar complicado dejar de hacerlo. Mientras tanto, conviene aplicar bálsamos o cacao con mayor asiduidad para contrarrestar el efecto secante de la saliva. Evitar el uso excesivo del aire acondicionado o la calefacción alta no solo contribuye a tener un planeta más sostenible sino a cuidar de tus labios y tener una sonrisa bonita.
  3. Protección solar: tanto en verano como en invierno, no salgas de casa sin proteger los labios de los rayos UVA y UVB. Esta radiación afecta en mayor medida a las pieles más sensibles, como es el caso de esta zona de tu rostro. Las capas de piel de los labios son tan finas que hacen que estos sean más susceptibles a las quemaduras solares.

Los principales ingredientes para el cuidado de los labios

En el mercado encuentras una extensa lista de productos de cosmética destinados a cuidar de tus labios de forma rutinaria. Aunque todos tienen como objetivo mantener la piel hidratada, cada ingrediente ofrece unos beneficios particulares:

  • Sucralfato: es un principio activo que acelera los procesos de cicatrización.
  • Lanolina: es un extracto útil para aumentar la adherencia y el brillo.
  • Pantenol, tocoferol y ácido ascórbico: son vitaminas con un alto potencial regenerativo del epitelio de los labios.
  • Ceras: son aceites hidrogenados de origen vegetal que aportan solidez al producto y mantienen durante más tiempo la barrera de protección.
  • Manteca de cacao: es la principal base emoliente que se emplea en la elaboración de bálsamos labiales, de textura untuosa y efecto duradero.

Si detrás de una sonrisa perfecta hay una dentadura bien cuidada, delante hay unos labios saludables. Introduce estos consejos en tu higiene bucodental diaria y consigue unos labios suaves e hidratados. Rubio & Dovado te lo aconseja.