Seguro que la mayoría de vosotros al oír irrigador dental piensa en un instrumento
solo profesional y que encontramos en las clínicas dentales, pero no es así, está al
alcance de todos vosotros.
Un irrigador dental es un instrumento de limpieza dental profunda que emplea un
sistema de agua a presión muy particular.
Mediante la aplicación directa de un pequeño chorro de agua, este sistema permite
eliminar de una forma muy eficaz toda la placa bacteriana que se encuentra
depositadas sobre nuestros dientes y encías. ¡Así de sencillo!
Y diréis … ¿Para qué quiero yo esto?
El irrigador puede usarlo cualquier persona que tenga conciencia de lo importante que
es mantener unas rutinas de higiene dental rigurosas.
En clínica Rubio & Dovado recomendamos que sea para:
– Personas que han empezado un tratamiento de ortodoncia fija: brackets linguales,
metálicos o de zafiro.La limpieza con estos aparatos resulta más complicada, así que
el irrigador contribuye a eliminar los restos de comida.
– Para pacientes con implantes dentales o prótesis fijas, el irrigador es el
complemento perfecto para los cepillos interproximales.
– Personas que padezcan enfermedades periodontales: gingivitis o periodontitis.
Muy atentos a próximos post, os hablaremos con más profundidad cual es el uso
correcto del irrigador dental.