El mantenimiento periodontal es el proceso preventivo que se aplica para evitar la aparición de enfermedades periodontales y si los problemas ya han aparecido tomar las medidas necesarias para reestablecer nuestra salud bucodental

Como ya sabéis una buena higiene dental es el punto de partida. La limpieza frecuente y exhaustiva es imprescindible para que la dentadura se mantenga libre de amenazas. Los dientes deben cepillarse un mínimo de 2-3 veces al día, y puede estar indicado el uso de colutorios, hilo dental, irrigadores o dentífricos específicos si así lo indica el especialista.

Pero en muchos casos es necesario hacer un seguimiento que permita detectar y tratar con prontitud cualquier atisbo de destrucción por parte de las bacterias.

De este modo, las visitas al profesional de la salud dental permiten que se efectúe un diagnóstico precoz de cualquier amenaza y así evitar la pérdida de piezas dentales.

¿En qué consiste ese mantenimiento?

Lo que primero tenemos en cuenta que la enfermedad no se descontrole por eso hacemos una serie de revisiones periodontales a lo largo del tiempo en las que se realizan los cuidados necesarios para lograrlo.

El simple hecho de tener un refuerzo periódico en forma de revisión por parte del dentista ya evita que la higiene dental se descuide, y en caso de que en el periodo entre una visita y otra se haya producido cualquier acumulación de sarro, ésta será mínima y podrá ser removida antes de que resulte peligrosa.

Cuando hacéis estas revisiones y nos visitáis no todo se limita a una exploración superficial, sino que tratan de adelantarse a la posible aparición de factores de riesgo que puedan reactivar la enfermedad periodontal en algún grado.

A través de una exploración exhaustiva se detectan las zonas que presentan un mayor riesgo de recidiva, para a partir de ahí aplicar el tratamiento oportuno y eliminar completamente el sarro que pueda haberse acumulado.

Cuando el periodoncia lo estima necesario se realizan exámenes con radiografías y otras pruebas complementarias con el objetivo de localizar problemas que no son perceptibles a primera vista.

También pueden darse casos en los que, por ejemplo, preguntamos al paciente si tiene algún problema de salud o está tomando algún nuevo medicamento, por si ello pudiera perjudicar a las encías.

Y por último algo que siempre debemos hacer y vosotros coger el testigo es explicaros las pautas de higiene periodontal (cepillado tras comida, uso de irrigador o seda dental, pasta de dientes específica, etc.) y se señalan cuáles son los factores de riesgo (embarazo, tabaco, estrés, enfermedades sistémicas como la diabetes, etc.) que pueden llevar a un empeoramiento de la enfermedad.

Y os preguntareis ¿Cómo se si estoy haciendo un buen control de mi mantenimiento periodontal?

Para determinar la frecuencia con la que se programan las citas, además de valorarse la evolución y el estado de las propias encías, se tienen en cuenta los factores de riesgo particulares de cada paciente.

En general, la primera revisión de control y mantenimiento se indica al mes de la finalización del tratamiento periodontal, para seguir trimestralmente durante el primer año. Después las citas suelen establecerse con una periodicidad semestral para pacientes de riesgo bajo-moderado, y trimestral en los de alto riesgo.