hormonas

Las llamadas hormonas sexuales femeninas, principalmente el estrógeno y la progesterona, no solo juegan un papel clave en el desarrollo sexual, la fertilidad y el embarazo, sino que también tienen influencia en los tejidos del organismo. Entre ellos, los tejidos de la cavidad bucal.

Los niveles altos de estrógeno y progesterona provocan un mayor flujo de sangre a las encías, lo que las hace más sensibles y propensas a inflamarse y sangrar. Esto, a su vez, altera la respuesta de los tejidos periodontales ante la placa bacteriana (biofilm) y la acción que esta ejerce sobre ellos, favoreciendo indirectamente el desarrollo de la gingivitis y la periodontitis.

Los estrógenos y la progesterona pueden favorecer la aparición de enfermedades de las encías en las mujeres en ciertas etapas de su vida.

Tanto el estrógeno como la progesterona favorecen la proliferación de algunas especies bacterianas patógenas, como la Prevotella intermedia, y por tanto un aumento de su componente agresivo.

También es verdad que las hormonas sexuales femeninas son insuficientes para producir cambios gingivales por sí mismas. Esto implica que, con una buena higiene bucodental, se puede mantener a raya la formación de placa dental y prevenir este riesgo asociado a las fluctuaciones hormonales.

Esto es especialmente importante en aquellas etapas de la vida donde los niveles de estrógenos y pubertad se elevan, como son la pubertad y el embarazo.

Gingivitis del ciclo menstrual

Las fluctuaciones hormonales durante el ciclo menstrual de la mujer pueden provocar cambios inflamatorios en las encías debidos a la placa. Estos suelen producirse en la segunda fase del ciclo, una vez ha tenido lugar la ovulación.

Las mujeres con encías sanas experimentan cambios periodontales poco significativos y la gran mayoría no suelen percibirlos. Por el contrario, aquellas con gingivitis ya existente sí presentan estos síntomas de forma más pronunciada durante la fase post ovulatoria del ciclo.

También puede aparecer inflamación como llagas o aftas bucales, herpes labial e infecciones por Candida albicans.

Gingivitis en el embarazo

Durante el embarazo, la inflamación gingival se incrementa de forma significativa desde el primer trimestre y desciende al final de los tres meses postparto.

El aumento de la severidad de la gingivitis durante el embarazo se atribuye a los niveles elevados de progesterona, hormona que afecta la microcirculación gingival.

Esta hormona también aumenta la permeabilidad y la dilatación de los capilares, lo que favorece el sangrado.

La gingivitis en el embarazo o gingivits gravídica puede manifestarse en mujeres con encías sanas o bien agravarse en aquellas que ya contaban con una alteración periodontal antes de la gestación.

Además, existen estudios que muestran que las embarazadas con gingivitis antes del embarazo tienen un mayor riesgo de progresar a periodontitis durante el embarazo.

Un pequeño porcentaje de las embarazas – entre el 0,5 y el 9,5% – también experimentaran lo que se conoce como épulis gravídico. Se trata de un crecimiento gingival localizado en alguna parte de la encía, aunque también puede aparecer en la lengua, los labios y la mucosa bucal.

Son tumores benignos e indoloros que surgen como consecuencia de una respuesta inflamatoria exagerada a una irritación. Su tamaño puede ser variable, pero raramente alcanzan más de 2 cm.

Estas lesiones sangran fácilmente y pueden ir desde el color rojo púrpura al azul oscuro.

Tras el parto, los épulis gravídicos suelen disminuir o desaparecer al cesar el aumento de la respuesta inflamatoria que tiene lugar durante la gestación.

Todo ello hace que deba extremarse la higiene dental en el embarazo y se recomiende acudir a revisiones periódicas con el odontólogo.

Hay que tener en cuenta que muchos estudios han asociado la periodontitis materna con un mayor riesgo de preeclamsia, partos prematuros y bebés de bajo peso al nacer.

En cuanto a salud bucal y embarazo, también hay que recordar que la gestación puede incrementar el riesgo de caries por el cambio de hábitos alimentarios y las dificultades para llevar a cabo la higiene oral por las náuseas o los vómitos que pueden producirse sobre todo en el primer trimestre y que pueden erosionar el esmalte.

En próximos post hablaremos de temas relacionados como la gingivitis en la pubertad y la salud bucal durante la menopausia. Todo en el blog Rubio & Dovado.