automasaje

Ventajas del auto masaje mandibular

Las molestias en las mandíbulas son un motivo común de consulta al dentista que en ocasiones también podría abordarse desde el punto de vista de la fisioterapia. El tratamiento que te proporcionen en tu clínica dental no tiene por qué excluir al que pueden facilitarte en un centro de fisioterapia y que tú mismo puedes realizar en casa si conoces los ejercicios y movimientos que más te convienen.

Los beneficios del automasaje en las mandíbulas son notables desde la primera sesión. Con apenas unos minutos al día y manteniendo estas rutinas de movimiento, no tardarás en experimentar la mejoría:

  • Mayor elasticidad muscular
  • Fluidez en los movimientos el habla y la deglución
  • Liberación de la tensión en el conjunto de la cabeza
  • Disminución del dolor
  • Mejoras en el descanso
  • Dientes más sanos y protegidos

Claves para un automasaje mandibular eficaz

Cuando el objetivo está puesto en reducir la tensión en las mandíbulas, lo primero que debemos tener en cuenta es que el automasaje no puede resultar doloroso. La movilización controlada de la articulación temporomandibular puede ser insoportable cuando la zona está inflamada, cuando por efecto de algún espasmo muscular tienes la sensación de que se queda ‘encajada’ o cuando existe algún problema de salud importante.

El automasaje mandibular que te proponemos no está destinado a sanar este tipo de dolores, que deberían ser tratados por un especialista, sino a ofrecer una solución inmediata a las molestias superficiales que se producen como consecuencia de un exceso de tensión en la zona. Para que puedas beneficiarte de ese efecto liberador el masaje debe ser intenso, controlado y lento.

¿Notas una ligera molestia? No te preocupes. Mientras no sea un dolor profundo y que no puedas tolerar, bastará con que reduzcas la intensidad del automasaje para seguir sacándole provecho a estas técnicas.

Ejemplo de automasaje en la mandíbula para reducir la tensión

Coloca las yemas de los dedos índice y corazón sobre las sienes y deslízalas hacia la apertura de la mandíbula ejerciendo una ligera presión. Con ello estarás estimulando el músculo masetero, uno de los más potentes del cuerpo humano y el principal mecanismo en el proceso de masticación.

  1. Sin desplazarte de la zona en la que se abre la mandíbula, realiza movimientos circulares aumentando y reduciendo la presión de los dedos en cada giro.
  2. Deja la boca entreabierta. Coloca los dedos índice y corazón debajo de la nariz y deslízalos por los pómulos hasta llegar a las sienes. Trata de dejar la musculatura facial lo más relajada posible mientras realizas este movimiento.
  3. Sitúa las yemas de estos dedos entre la barbilla y el labio inferior. Muévelos hacia el exterior como si estuvieras dibujando una sonrisa que va desde este punto hasta el punto de apertura de tu mandíbula.
  4. Coloca los dedos en la parte frontal de los pómulos, por debajo de los ojos. Arrástralos hacia las sienes y una vez que alcances este punto realiza movimientos circulares, hacia arriba y hacia abajo.

Lo ideal es repetir cada uno de estos movimientos al menos tres veces. Completar el automasaje apenas te llevará unos minutos y sentirás una sensación de alivio automática.

Libera el estrés de los dientes con estos ejercicios para las mandíbulas

Como la prevención es el mejor tratamiento, si tienes tendencia a acumular tensión en la musculatura de la cara puedes realizar una serie de ejercicios al levantarte y al acostarte para garantizar su buen funcionamiento.

Aunque empleamos los músculos faciales a lo largo de todo el día sin que reparemos en ello, estos ejercicios localizados y controlados te ayudarán a actuar sobre los principales focos de dolor cuando se produce una sobrecarga de tensión en ellos como consecuencia del estrés.

¿Quieres un consejo? Plántate delante del espejo cuando vayas a realizarlos. De este modo te resultará mucho más sencillo identificar dónde se concentran las molestias y cómo puedes mitigar el malestar actuando sobre ellas con el movimiento adecuado.

  1. Con el puño colocado debajo de la barbilla, trata de abrir la boca mientras la mano ejerce resistencia. No hace falta que hagas excesiva fuerza, solo la suficiente para sentir esa presión.
  2. Coloca un dedo a un centímetro de la barbilla y mueve la mandíbula hacia delante para intentar tocarlo.
  3. Con la boca cerrada, lleva la punta de la lengua al centro del paladar. A continuación, abre y cierra la boca sin mover la lengua y sin desplazar la mandíbula hacia los lados, solo de arriba abajo.
  4. Abre la boca como si estuvieras bostezando. Con las manos limpias, introduce dos, tres o cuatro dedos de una misma mano entre los dientes en posición vertical. Mantén la postura unos segundos y ve extrayendo dedos progresivamente para reducir la tensión hasta volver a la posición inicial.

Ventajas de los ejercicios para el dolor de mandíbulas

Las técnicas de estimulación manual y ejercicios mandibulares permiten el trabajo localizado en los músculos faciales más afectados por el estrés. Estas rutinas de ejercicios hacen posible:

  • El fortalecimiento de los músculos implicados en la masticación y el habla.
  • La mejora de la elasticidad y la recuperación de los tejidos más afectados.
  • El estímulo y la correcta movilización de las articulaciones para evitar un desgaste prematuro.
  • El alivio de la tensión y el dolor que provoca el estrés acumulado en esta zona.

El bruxismo, el desgaste de los dientes, las cefaleas, las molestias cervicales y los problemas articulares pueden suponer una merma en la calidad de vida de las personas que padecen estrés en los dientes. Muchos de estos pacientes necesitarán de un tratamiento hecho a medida para un manejo efectivo del malestar que provoca estas disfunciones. No obstante, los automasajes y ejercicios para el dolor de las mandíbulas resultan de gran utilidad en episodios puntuales y molestias pasajeras, aparte de ser un complemento perfecto en tus rutinas de estiramiento y relajación.